Luchar con el mal de Panama
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha instado a los países a intensificar la supervisión, información y prevención de una de las enfermedades más destructivas del banano que existen en el mundo,el Marchitamiento por Fusarium (o fusariosis), que recientemente se extendió desde Asia hasta África y el Medio Oriente, y que podría afectar potencialmente a América Latina.
La cepa TR4 de la enfermedad, conocida también como enfermedad de Panamá, supone una seria amenaza para la producción y exportación de la fruta, con graves repercusiones en la cadena de valor y los medios de vida que dependen del banano, según ha advertido la FAO.
El banano es el octavo cultivo alimentario más importante del mundo y el cuarto cultivo comestible entre los países menos desarrollados, según FAOSTAT, el principal servicio de recolección y análisis de datos del organismo de la ONU. “Cualquier enfermedad o problema que afecta a los bananos golpea a una importante fuente de alimentos, medios de vida, empleo e ingresos públicos en muchos países tropicales”, señaló Gianluca Gondolini, Secretario del Foro Mundial Bananero. El Foro, cuya Secretaría se encuentra en la sede de la FAO, promueve la producción y el comercio sostenible del banano.
“La propagación de la enfermedad del marchitamiento por Fusarium del banano podría tener un gran impacto en los productores, comerciantes y las familias que dependen de la industria bananera”, señaló el fitopatólogo de la FAO Fazil Düsünceli. “Los países deben actuar ahora, si queremos evitar el peor de los escenarios: la destrucción masiva de gran parte de los cultivos de banano en el mundo”. Indicó.
Medidas recomendadas
A nivel nacional, la FAO recomienda de forma específica estas medidas: La sensibilización a todos los niveles y la adopción de sistemas adecuados de evaluación de riesgos, vigilancia y alerta temprana.
Implementación de medidas fitosanitarias para prevenir la propagación de la enfermedad por medio de las prácticas agrícolas, sistemas de riego y drenaje, transporte, vehículos, contenedores, herramientas o visitantes. Medidas preventivas, como pueden ser la cuarentena, el uso de materiales de siembra libres de enfermedad, prevención de la entrada y salida de partículas de suelo y materiales de siembra infectados de las explotaciones, desinfección de los vehículos que acceden y salen de las mismas. Creación de capacidad en las Organizaciones Nacionales de Protección Fitosanitaria (ONPF) en la planificación, extensión e investigación, incluyendo el uso de herramientas de diagnóstico rápido y preciso. Capacitación de técnicos, productores y trabajadores agrícolas en la identificación de la enfermedad, su prevención y gestión sobre el terreno, ofreciendo instrucciones adecuadas a los visitantes.
Ing. PH.D Victor Hugo Quimí
¿Si se conocía desde hace algún tiempo el problema que podría acarrear al sector bananero el Mal de Panamá, porque recién hasta ahora se le da importancia?
Es producto de nuestra idiosincrasia, dejar para el último las cosas. Las noticias sobre la presencia de la raza 4 de fusarium oxysporum, forma cubense, (tr4), data desde hace unos 40 años atrás cuando se determinó que inicialmente estaba presente en Taiwan. Haciendo historia, la raza 1 de fusarium, atacó al cultivar Gros Michel, conocido en América Latina y el Caribe como banano o guineo de seda o plátano Johnson, esto ocurrió en América Central por los años 50 al 60, devastando grandes plantaciones de este material, afortunadamente la madre naturaleza nos dotó de un material resistente, los cultivares del subgrupo Cavendish en sus diferentes formas: gran naine, filipino, o lacatan, valery, cavendish gigante, entre los más importantes; con lo cual se reemplazó al Gros Michel. Con el paso del tiempo, el hongo comienza a evolucionar y rompe la resistencia del Cavendish, con el aparecimiento de esta nueva raza, que en un principio estaba ubicada en áreas subtropicales, pero que posteriormente hasta este momento ya se ha diseminado a áreas tropicales, esto es lo que se conoce como raza tropical 4 de f. oxysporum. (rt4).
Como la diseminación de este hongo del suelo, se viene convirtiendo en una tremenda preocupación, porque no hay medios químicos para controlarla, empieza la organización de seminarios – taller, con el propósito de preparar a los profesionales en el conocimiento de este enemigo. En julio del 2009, dadas mis funciones como presidente de Acorbat, tuve la oportunidad de asistir a una reunión de OIRSA, Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria, que agrupa a los países: Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, México, Panamá y República Dominicana; en la cual se realizó por primera vez un evento relacionado con este problema, tan pronto retorné al país, envié un documento a las autoridades ecuatorianas, excitando la realización de seminarios – taller para preparar al personal técnico en estos menesteres, dada su gravedad y preocupación, pero a pesar de las gestiones no se pudo conseguir los $ 10.000.00 que demandaba su organización, la misma que fue propuesta con la Dra. Esther Peralta del CIBE, (Centro de Investigaciones Biotecnológicas del Ecuador) hechos los contactos con los expositores doctores Luis Pérez Vicente (Cuba) y Miguel A. Dita (Costa Rica) y realizadas las gestiones con el Ing. Simón Cañarte, (+), por aquel tiempo asesor en el MAGAP, aun así no fue posible conseguir los fondos para realizarlo sino hasta diciembre del 2013, cuando se realiza un evento de capacitación en la Estación Experimental Tropical Pichilingue, organizado por Agrocalidad.

¿Cuál sería la afectación en caso de que llegara la enfermedad a Ecuador?
Si recordamos los aciagos días entre 1960 y 1970 cuando la raza 1 del Mal de Panamá devasto las plantaciones de banano Gros Michel en Ecuador, la afectación del sector bananero sería gravísima, porque la diseminación de la enfermedad a través del suelo contaminado, de herramientas de trabajo, del agua de drenajes y el hombre, el hecho de no disponer de muchas áreas para realizar nuevas siembras, el que no exista medios químicos para el control de la enfermedad como si se tiene para la sigatoka negra, conspirarían para que la infección se disemine en un monocultivo como lo es el banano y afecte tremendamente la economía de productores, trabajadores y exportadores, con el gran riesgo de que también se vea afectada la producción del plátano, dada su susceptibilidad. Siendo el banano el principal producto agrícola que nos permite ventas por más de 2.500 millones de dólares, que genera trabajo directa e indirectamente para más de 2 millones de personas, sería catastrófico que esta enfermedad llegue al país.
¿Cómo se podría evitar posibles afectaciones con esta enfermedad?
Lo más importante es concienciar a la gente sobre la gravedad del problema, realizar campañas de información sobre el patógeno y la enfermedad, capacitar personal técnico, establecer puestos de control en fronteras, para controlar a las personas que se desplacen desde los lugares donde ha sido detectada la enfermedad, Australia, Filipinas, Taiwan, Mozambique, China, Indonesia, Malasia, África del Sur, Jordania, etc, declarar en cuarentena la plaga fusarium oxysporum f.sp cúbense Raza Tropical 4 de las Musáceas en todo el territorio ecuatoriano, prohibir el ingreso de germoplasma y cualquier material de reproducción, hijuelos, rizomas o cultivo de tejidos, así como también suelo y otras plantas provenientes de esos lugares y finalmente poner a funcionar estricta y adecuadamente los postulados de una verdadera cuarenta vegetal.
¿El país está preparado ante una posible afectación?
De lo que conozco, falta mucho por hacer, deberíamos prepararnos más, disponer de técnicos calificados, de equipos y material de laboratorio y planificar estrategias que eviten la entrada del patógeno, sobretodo conociendo al hongo, la forma como vive, se desarrolla y se dispersa.
Por Alexandra Zambrano
azambrano@uminasa.com.ec