jueves, 4 de septiembre de 2014

Maracuya La Fruta de la Pasion


La Maracuyá, parcha, parchita o chinola (Passiflora edulis) es una fruta pastusa del género Passiflora, nativa de las regiones cálidas de Centroamérica y Suramérica. Se cultiva comercialmente en la mayoría de las áreas tropicales y subtropicales del globo, entre otros países: El valle de Azapa en Chile, Paraguay, República Dominicana (Chinola), México, Argentina, Uruguay, Bolivia, Brasil, Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, El Salvador, partes del Caribe y Estados Unidos. Esta especie es sumamente apreciada por su fruto y en menor medida por sus flores, siendo cultivada en ocasiones como ornamental. La infusión de sus hojas y flores se utiliza, además, con efectos medicinales. La flor del maracuyá es la flor nacional del Paraguay.




El nombre fruta de la pasión fue adoptado por los españoles tras el contacto con nativos del Perú, los cuales obsequieron a los mismos con estas frutas que ellos denominaban Poro-p’osqo y que su traducción al español sería "bolsa-ácida". Los españoles al principio se referían a ella como "asna vieja".1 Al conocer el arbusto de esta fruta y en especial su flor, los ibéricos se sorprendieron y la llamaron “la flor piadora” ya que a sus ojos, esta, los recordaba los elementos de la “Pasión de Jesucristo”. El color de la flor es rojo muy intenso, de ello se desprende la frase “Rojo Pasión”.2

El nombre el maracuyá —introducido a las lenguas europeas a través del portugués— es una corrupción del guaraní mburucuja; etimológicamente mberu kuja, "hamaca de dípteros", por la dulzura del néctar que resulta atractivo para el desove de los insectos o más bien porque el contenido de sus frutos recuerda un grupo de dípteros.


Crece en las zonas tropicales y subtropicales del Ecuador presentan las mejores condiciones climáticas  para el cultivo de maracuya, fruto de la pasión, constituyéndose Ecuador en el principal productor de maracuya en Sudamérica. Es un cultivo que ha logrado desarrollo y tecnificación se lo encuentra en zonas con gran potencial agroecólogico para la producción de esta fruta. Las características climáticas y edáficas constituyen una ventaja comparativa que incide en la calidad de la fruta.

En Ecuador los productores están comprometidos en la responsabilidad y la necesidad de preservar los recursos naturales: suelos, agua, vegetación y fauna silvestre, aún no intervenidos por el hombre. Sin embargo, para evitar la depredación de dichos recursos y detener la expansión inconveniente de las fronteras agrícolas, ha sido necesario propiciar técnicas alternativas de desarrollo del sector agropecuario con nuevos enfoques que incorporen la preservación ambiental y los cambios tecnológicos adecuados para mejorar la competitividad, generando cadenas productivas que reciclen, reutilicen y recuperen los subproductos generados en las actividades productivas. Lo anterior implica una producción intensiva de avanzada tecnología, que demanda conocimientos de las condiciones ecológicas/ambientales, la estructura de los suelos, la dinámica de los nutrientes de las plantas, los enemigos naturales de plagas y enfermedades y las formas adecuadas de manejo de estos y otros factores de la producción. 

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